Cerca de 20 chicas de Regnum Christi nos acompañaron el sábado antepasado mientras orábamos frente al centro de abortos en el 4820 de la calle San Jacinto, cerca del centro de Houston. Como siempre, los diferentes grupos de estas muchachas que se unen a nosotros frente a este edificio de abortos son guiadas por la Señorita Julian Frommling. Llegan aproximadamente a las 7:30 de la mañana. Las chicas son valerosas jóvenes que vienen de todo el mundo, muchas bilingües, ansiosas de hablar con las madres embarazadas antes de que ingresen al edificio. Las fuertes lluvias y los truenos ese día no afectaron su labor. No olvidemos que cuando Nuestro Señor fue crucificado hubo también lluvia y tronaba; incluso hubo un terremoto.
Siempre es una bendición tener allí a católicos fervientes en oración. Estoy convencido de que estas chicas mantendrán su espíritu de lucha PRO-VIDA cuando regresen a sus países. Una de las chicas me preguntó que cuándo el aborto se terminaría en este país. Le respondí que nadie sabe, que puede ser legal por otros 10, 20, 30 o 50 años. Ella no podía creerlo ya que el aborto nunca ha sido legal en su país. Una mujer y la que parecía ser su hija, hablaron brevemente conmigo mientras yo les entregaba folletos PRO-VIDA antes de que entraran por la entrada lateral de este centro de abortos, muy cerca de donde Peggy Jones reza el rosario. Dudaron en responder a mis preguntas en inglés, así que hablé con ellas en español. Conversamos por unos tres minutos. Finalmente, se retiraron. Creo que lo que me dijeron era cierto y auténtico. Creo que no iban por un aborto. Les menciono esto porque cuando le pregunté si estaba alguna embarazada, ambas respondieron con una espontánea y obvia risa, como si la adolescente estuviese avergonzada ante tal idea. La madre dijo que estaban allí porque siempre ven mucha gente y querían saber lo que ofrecía la clínica. Efectivamente este lugar tiene un letrero al frente que indica que “supuestamente” es una clínica; sin embargo, debo decir que en mis 35 años de estar rezando frente a un centro de abortos, nunca tuve tal experiencia. Les expliqué que este edificio se dedica a abortos y que si vinieron por otra razón no podrán recibir ayuda alguna. Fue gratificante verlas dar la vuelta e irse. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de que estuvieran allí por un aborto. Si hubiera pensado que fueron para abortar, las hubiera guiado al bus azul PRO-VIDA y les hubiera ofrecido comprarles desayuno. Paternidad Planificada (Planned Parenthood) Acerca del desfinanciamiento, es decir, retirar los fondos de “Planned Parenthood” me da vergüenza traer el tema tan repetidamente porque, durante los últimos 30 años, hemos tratado de hacerlo, pero siempre nos quedamos cortos. Finalmente, de existir un desfinanciamiento de “Planned Parenthood”, el centro de abortos en la calle San Jacinto no se verá afectado. Oremos por el desfinanciamiento. Todos los sábados Les invitamos a acompañarnos a rezar el rosario todos los sábados, desde las 8:15 hasta las 10:15 de la mañana, frente al centro de abortos que se encuentra en el 4820 de la calle San Jacinto, bajo la enorme imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Venga solo o acompañado por su familia u otros. Rezamos mientras las madres embarazadas entran para abortar a su bebé.
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El jueves pasado, mientras estábamos frente al centro de abortos en la calle San Jacinto, se unieron al grupo alrededor de 15 mujeres adolescentes, católicas devotas bajo la guía de adultos consagrados de la Orden de Regnum Christi. Su alegría en el Señor era evidente cuando oraban y trataban de hablar con las madres embarazadas que entraban en el edificio. Su entusiasmo por la vida capturó la atención de muchas personas que entraban al edificio, así como a empleados del mismo. Fue una bendición que este grupo hablara inglés, mientras que otros eran bilingües asegurando de esta manera que no hubiera barreras por el idioma al tratar de comunicarse con las madres. Estas chicas vinieron de ciudades lejanas y algunas de México. Mientras oraban, caminaban alrededor del edificio para tratar de llegar a las madres embarazadas.
Una madre joven, a punto de entrar al abortuario, habló con nosotros y nos dijo con seguridad, que ella nunca abortaría a su bebé y que estaba allí sólo para una prueba de embarazo. No obstante, tratamos de llevarla a un centro de ayuda pro vida para su prueba de embarazo ya que nunca se sabe lo que los empleados en el interior de este edificio le dirán la madre desprevenida. Nunca se puede confiar en un centro de abortos con una madre embarazada. Pueden tratar de convencerla de practicarse un aborto a pesar de que la madre no quiera. Los centros de aborto podrían mentir a las mujeres diciéndoles que están embarazadas con el fin de realizar un falso aborto y así obtener cientos de dólares. Finalmente, la joven madre fue a disculparse con nosotros diciendo que debido a que tenía que ir a trabajar en breve, no disponía de tiempo para ir con nosotros a un centro de ayuda pro vida. También este grupo de Regnum Cristi hablo con la madre de una joven embarazada mientras esperaba a su hija afuera. Una de los adultos consagrados, Fabiola, la convenció de llevar a su hija a un centro de ayuda pro vida. La abuela nos aseguró que su hija no estaba allí para un aborto ese día, ya que ésta era su primera visita allí, no la segunda. Un procedimiento de aborto se completa en dos días. El primer día la madre firma los documentos y el segundo día la madre aborta a su hijo. La abuela esperó a su hija afuera para llevarla a donde nosotros las guiamos. A pesar de que tenía muchísima literatura pro vida ese día para dar a las madres, todos los panfletos se me terminaron gracias a este grupo de chicas jóvenes de Regum Cristi que los distribuyó todos a las madres embarazadas. Hispanos de Texas por la Vida |
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