Nuestro derecho constitucional de aconsejar en las aceras o banquetas de las entradas a los centros de abortos para ofrecer alternativas al aborto a las mujeres que están por ingresar es un precioso regalo que legaron los padres fundadores de este país. Es un derecho que nadie nos puede quitar ni siquiera los centros de abortos. No es algo que ganamos, ni porque intentamos ser amigables con los empleados del centro para que nos permitan compartir nuestra oferta de asistencia a las embarazadas que están ingresando. Me imagino que este derecho en otros países está muy restringido o limitado. No me sorprendería que en países comunistas o bajo gobiernos opresivos este derecho no exista. Aquí, en este país, lo llamamos libertad de expresión y es el derecho de expresarnos. No tenemos por que aceptar todo sin cuestionarlo. * Es gracias a la libertad de expresión que la esclavitud se acabó en este país. Así también se ha logrado combatir muchos tipos de discriminación en contra de grupos étnicos, las mujeres, los discapacitados y otros. De modo que el derecho a asesorar a favor de la vida en las aceras es, de hecho, un precioso derecho que tenemos. Podríamos verlo como una responsabilidad divina que nos da innumerables oportunidades para comunicarnos con esas madres que están por ingresar a un centro de abortos. En este momento, el movimiento pro aborto está tratando de nuevo de hacer ilegal el derecho de expresarnos en las aceras porque entienden que, poco a poco, está haciendo que las embarazadas se retiren de los centros de abortos. Cada vez que intentan ilegalizar ofrecer alternativas al aborto en las aceras fracasan porque es un derecho escrito en nuestra constitución. Así de valiosa y efectiva es el derecho de aconsejar a las que entran palabras a favor de la vida. En cuanto al centro de abortos de la calle San Jacinto, es el ambiente o escenario perfecto para expresar nuestra libertad de expresión. Primero, cada mujer que va a ingresar se encuentra a unos 4 pies de donde nos encontramos nosotros. Segundo, el centro en sí mismo, no está escondido ni en un estacionamiento lejano. Tercero, la mayoría de las embarazadas que van allí primero deben detener su vehículo por cerca de un minuto en una esquina. Quisiera señalar un incidente ante el centro de abortos en la calle San Jacinto en el que un bebé se salvó de ser abortado. Una estudiante universitaria de California, Vienna Wong, ha dedicado un tiempo para intentar comunicarse con las que están a punto de entrar a este centro para que desistan de practicarse un aborto. Recientemente, mientras rezaba junto a un compañero, ella se percató de que una joven, a lo lejos, caminaba hacia el edificio. Vienna y su compañero hicieron lo correcto, no la esperaron sino que se acercaron y comenzaron a comunicarse con ella. Luego, la invitaron y caminaron juntos hacia el autobús azul pro-vida justo antes de que el vehículo dejara el lugar por ese día. Ella tenía cita para un ultrasonido en en el centro en lo que sería su primera cita, no la segunda en la que se lleva a cabo el procedimiento de aborto. La embarazada nunca entró al centro porque, en su lugar, recibió el ultrasonido en el autobús azul. Cuando vio los latidos del corazón comenzó a llorar y cuando los escuchó, siguió llorando. Después de tomar un video de todo, agradeció a los que estuvieron allí por ella y les preguntó si podía abrazarlos La joven madre agradeció al autobús azul por esperarla y ayudarla a cambiar de parecer. Sabía que abortar está mal hecho pero necesitaba una señal, los de provida fueron esa señal, así dijo. La madre tomó una cobija, lloró y dijo que su hermana gemela le decía que no lo hiciera. Hemos sido testigos de cómo muchas cambian de parecer ante este centro de abortos. Ahora quiero mencionar uno más aunque el final fuera inesperado. La semana pasada, mientras estaba en la entrada intentando comunicarme con las mujeres que estaban por ingresar, aparentemente, entregué información provida y quizá algún cupón, a una pareja que estaba por entrar y que hablaba español. No puedo recordar qué pude haberles dicho pero el joven varón parecía estar un poco preocupado. El cupón tiene como propósito el presentarlo en el autobús azul para un ultrasonido. Ese día era su segunda visita y es cuando se realiza el procedimiento de aborto. Sin embargo, eventualmente entraron al autobús. Ella tenía diez semanas de embarazo. Muchas oraciones se ofrecieron por ella y su bebé. A pesar de todo, la siguiente semana, la joven embarazada abortó a su bebé en el mismo centro. Su pareja no estaba de acuerdo con eso y terminó la relación. Hispanics of Texas for Life / Hispanos de Texas por la Vida
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